La docuserie de Netflix American Murder: Gabby Petito está enfrentando críticas por parte de algunos espectadores que cuestionan la ética detrás de la decisión de los cineastas de usar inteligencia artificial para recrear la voz de Petito.
La desaparición y muerte de Petito acapararon titulares en septiembre de 2021, cuando las autoridades lanzaron una búsqueda a nivel nacional para encontrar a la joven de 22 años, quien había documentado en redes sociales un viaje por carretera a través del país junto a su prometido, Brian Laundrie.
Laundrie fue considerado una “persona de interés” antes de desaparecer. Posteriormente, se confirmó que murió por suicidio y se encontró una nota en la que asumía la responsabilidad del crimen, según informaron las autoridades.
Esta serie de tres episodios, estrenada esta semana, incluye entrevistas con seres queridos de Petito, además de fotografías, videos, mapas y fragmentos de sus escritos. En el primer episodio, un aviso indica que los diarios y mensajes de texto de Petito fueron “traídos a la vida en esta serie con su propia voz, utilizando tecnología de recreación de voz”, reporta NBC News.
Si bien los directores y productores ejecutivos, Julia Willoughby Nason y Michael Gasparro, afirmaron a Us Weekly que la familia de Petito les dio su “bendición” para recrear su voz en el documental, muchos espectadores expresaron su incomodidad con esta decisión creativa. En redes sociales, algunos usuarios de X describieron la recreación como “perturbadora”, “profundamente incómoda” y “totalmente innecesaria”. Un video en TikTok, que ya acumula casi 500,000 vistas, calificó la elección como un “paso demasiado lejos”.
Hasta el momento, ni los representantes de Gasparro y Nason ni Netflix han respondido a las solicitudes de comentarios sobre la polémica.
Un debate recurrente sobre la IA en los documentales
El uso de inteligencia artificial para recrear voces en documentales no es algo nuevo. Sin embargo, el público sigue dividido sobre la ética de revivir digitalmente las voces de personas fallecidas.
En 2021, la película Roadrunner: A Film About Anthony Bourdain generó una controversia similar cuando se utilizó IA para narrar fragmentos de notas escritas por el famoso presentador de gastronomía, quien murió en 2018.
En ese caso, el director Morgan Neville usó un software para crear un “modelo de IA” de la voz de Bourdain y, según declaró a The New Yorker, los espectadores “probablemente no sepan” qué líneas fueron pronunciadas por la inteligencia artificial.
En declaraciones a Us Weekly, Gasparro explicó que los realizadores contaban con abundante material de Petito proporcionado por sus padres.
“Tenía diarios desde que era muy joven, y había mucho de su escritura. Documentó sus viajes y gran parte de su vida desde temprana edad. Pensamos que era realmente importante dar vida a esos textos”, comentó Gasparro. “Al final del día, queríamos contar la historia lo más posible a través de Gabby. Es su historia”.
¿Es ético recrear la voz de una persona fallecida?
Merve Hickok, presidenta y directora de políticas del Center for AI and Digital Policy, un grupo de investigación sin fines de lucro, señaló que el uso de la clonación de voz no es inherentemente poco ético.
Según Hickok, recrear una voz para amplificar o hacer más accesible material ya público puede ser un uso legítimo. Sin embargo, el problema surge cuando los cineastas utilizan contenido privado de una manera profundamente personal.
“La persona tomó la decisión de mantener eso en privado”, explicó Hickok. “No nos corresponde a nosotros, ni a nadie más, tomar esa decisión en su nombre después de su fallecimiento”.
Hickok enfatizó que en el caso de un asesinato, donde la víctima perdió su voz en contra de su voluntad, recrearla digitalmente con fines comerciales resulta cuestionable. “No es ético, independientemente de si la familia dio su aprobación o no”, concluyó.
Algunos miembros de la familia de Petito han hablado con The Independent sobre la reacción del público ante la recreación de voz y reflexionaron sobre su decisión de permitir su uso en el documental.
“Creo que es extraño y, como conocemos su verdadera voz, [la versión recreada] se siente un poco diferente”, dijo Nichole Schmidt, madre de Petito, al medio británico. “Es difícil de escuchar”.




